lunes, septiembre 19, 2005

como anillo al dedo

Esta historia me la contaron ayer.

Hace ya un buen tiempo, en un monasterio de esos en los que los hombres van a separarse de todo y en especial de las experiencias carnales con mujeres, dos de los miembros tuvieron que bajar al pueblo por víveres, en el camino de regreso había que cruzar un río pero este estaba un poco bravo esa tarde, en la orilla una mujer trataba de cruzar sin poder lograrlo por lo que les pidió ayuda para pasar, uno de ellos amablemente cargo a la dama de orilla a orilla, la señorita le agradeció ampliamente y todos siguieron su camino. a punto de llegar al templo el compañero del monje le dice,
lo siento amigo, pero tengo que reportarte, lo que hiciste alla abajo esta prohibido...
despues de sus razones y peros y demás del por que no debió haber ayudado a la dama a lo que este le responde.
Alla abajo cargue a la dama de una orilla a otra, tu por el contrario no la has dejado de cargar...

2 comentarios:

Filos en Mundo de Sofía dijo...

Hay paquetes que se ponen para llevar cuando el camino no es suficiente para tenerlos y pues hay cosas que se disfrutan mejor después de un rato si es que no nos terminamos todo de un solo bocado...

Elva*

Filos en Mundo de Sofía dijo...

Los sufrimientos tambien se cargan, los cargos de conciencia, nunca es bueno jugar al Cristo cargando esas cosas, porque cada quien tiene que hacer lo que le corresponde... Y el otros por mas unido que este a nosotros, se separa de nuestra eternidad.

Elva*